El ciudadano común sufre por la crisis económica que ocasiona el aislamiento social, la mayoría de la gente humilde ya pasa hambre, no tiene a donde recurrir y el gobierno se hace del desentendido, mientras la mayoría de los funcionarios públicos, desde el Presidente, senadores, diputados, Gobernadores, Intendente, Concejales y funcionarios de menor rango, estuvieron disfrutando íntegramente de sus salarios, durante todas la fases del aislamiento del Covid-19. Mientras la economía, las empresas, los profesionales, los comercios y sus empleados, fueron afectados por la recesión, el despido y la suspensión de los contratos laborales. Los trabajadores recibieron limosnas y migajas de un subsidio como Ñangareko, Pytyvo y de I.P.S. (50 % del salario mínimo).
Mientras tanto lo que sabemos es que el país, se ha endeudado por montos multimillonarios en dólares, deuda que todos los ciudadanos lo vamos a pagar; a pesar de que fuimos privados del derecho al trabajo bajo una imposición legal, que en vez de proteger al ciudadano, atenta contra los derechos de libertad del ser humano; sumergiendo al país en una desesperante pobreza extrema.
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